Uno de los motivos más importante de la higiene de nuestras brochas es que al usarlas se genera un foco de bacterias ya que conviven no solo con el ambiente, sino que muchas veces con distintos cosméticos.
La técnica más fácil y lo único que este es más pequeño y compacto. En vez de la mano, normalmente solo se incorporan dos dedos para poder sujetarlo. Es ideal para llevarlo de viaje, aunque tal vez sea un poco pequeño para brochas grandes.
Esto siempre dependerá de varios factores, entre ellos tu tipo de piel, la frecuencia con se usen y según que consistencia de maquillaje que utilices en la brocha, es según qué tiempo estimado está bien higienizarlas. En maquillajes líquidos como bases y correctores lo recomendado es limpiarlas como máximo una vez por semana o cada 15 días. Ya que estos productos tienden acumularse y por consiguiente terminan siendo las que más suciedad arrastran y más debilitan las cerdas.
Con las brochas que se utilizan para los productos en polvo podemos lavarlas una vez al mes. Cuando hablamos de sobras dependerá de su uso para no tener problemas con la mezcla de colores, podemos limpiarlas cada 15 días.
Cuando tu piel es acnéica/grasa, es muy importante tener una mayor frecuencia de higiene para no provocar más erupciones, Si eres maquilladora profesional deberías limpiarlas siempre después de cada maquillaje realizado.